Conversando con un estudiante frustrado

Hola, mi nombre es Santiago, tengo 22 años. Si ya se, lo primero que debes estar pensando es porque estoy escribiendo esto y subiéndolo a internet.

            Voy a ser cordial y responderé tu duda. Años atrás estaba en segundo año de Ingeniería Industrial en la Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba, entrando al segundo semestre y así es, estaba igual que vos, frustrado y pensando en cambiar de carrera. No había sacado ninguna materia del primer semestre y mi mamá se rompía el lomo para qué yo estudie en la universidad que tanto me gustaba.

Lo mío era la kinesiología, jugaba al rugby, deporte que siempre amé, y el cual me dio uno de los sueños más grandes de mi vida. Como así también tres esguinces de tobillo, dos esguinces de muñeca que tardaron años en recuperarse, tendinitis en los hombros, entre otras tantas lesiones mínimas. Por esto mismo, me pasaba de consultorio en consultorio, de fisioterapeuta en kinesiólogos y me encantaba ver su pasión por el trabajo, la humildad de ellos y su servicio; el dar soluciones a personas como yo, que una simple lesión podía llegar a evitar que cumpla mi sueño. Como aquella pequeña distención de ligamentos en medio de pre-campeonato entre seleccionados provinciales de rugby. Así es, me encantaba el ayudar a las personas, el que puedan vivir su vida tranquilos, felices, sin problemas físicos y mi mayor anhelo era hacer que lleguen a cumplir sus sueños y no que una simple lesión los frustrase de por vida.

            Personalmente soy, fui y seré una persona que, lo que menos puede sentir, es que está perdiendo el tiempo, o que es peor, saber que perdió dos años de su vida estudiando una carrera que no le gustaba. Así fue que seguí estudiando Ingeniería Industrial, con dos aplazos en Análisis Matemático y otros dos más en Ciencia de los Materiales en un mismo mes.

Año siguiente, no quería dejar la carrera, quería terminarla y de ahí ver de qué se trataba esto de ser Ingeniero, algo que tanta gente anhela. Luego, el año siguiente tenía que dejar lo que tanto amaba, el rugby, para sacar aquellas materias que habían quedado pendientes el año anterior, ese semestre hice 7 materias.

Hace poco comencé a escribir un libro personal de mi vida, y encontré un Documento que decía “La historia de mi vida”, parece que no era la primera vez que quise arrancar ese libro. Lo primero que leí fue un párrafo lleno de enojo, de odio, de una persona que buscaba echar toda su culpa y sus problemas de vida hacia otro individuo que se encontraba a miles de kilómetros. Ese texto lo escribí el día que decidí dejar rugby, si mal no recuerdo.

Semestre larguísimo y muy duro, pero por suerte había conocido Mercadotecnia, una materia que me había prendido una pequeña llama de atención y curiosidad por ésta carrera.

            Comenzó el segundo semestre de segundo año y comenzaban a hablar de un tal congreso de Ingeniería Industrial, yo, sin embargo, bajo el concepto de poner la mira en hacer la carrera en 5 años, no quería despistarme. El mes siguiente, Guadalupe, una compañera, me pide que por favor le compre su entrada, que todas las chicas habían tomado la decisión de no ir. Mis compañeros iban, hablaban de fiestas, fiestas con estudiantes de toda Argentina. Joven y con ganas de distenderme un fin de semana, termino yendo a ese congreso.

            Ese día fue un antes y un después en mi vida. Al final de ese congreso, al cual acudieron más de mil doscientas personas y lo habían organizado alrededor de 50, subió la delegación de Córdoba, con 5 integrantes diciendo que iban a replicar y superar lo que había sido ese congreso. Ante tan gran desafío vi que tenía que ayudar a hacer el XVII CAEII Córdoba 2019.

            Meses después, estaba llorando de emoción por haber organizado el mejor congreso de estudiantes de Ingeniería Industrial, el XVII CAEII 2019. Lo que paso entre medio de todo esto, es otra historia que contaré en otro momento.

            Ahora me encuentro emprendiendo, haciendo contenido en Instagram, ayudando a un chico de 17 años cada vez que necesita mi ayuda, leyendo libros de liderazgo, desarrollo personal y no paro de aprender de emprendedores exitosos como son Diego Noriega, Euge Oller, Frank Moreno, entre otras tantas cosas.

            Moraleja de esta historia… Si no lo notaste, también estuve como vos. La frustración es normal. El primer paso es notar que estas en un momento pasajero, tu amor propio te hará salir adelante. Todos tenemos momentos en los que tenemos que luchar, superarnos y soportar momentos que no nos gustan y probablemente nos sientamos frustrados, pero, sin embargo, por algún tipo de fuerza mayor tenemos que cumplirlo, como quedarte en casa el 29 de marzo de 2020 por el coronavirus. El siguiente paso es ser curioso, así como fui yo con el CAEII, pero sin esperar ese pequeño empujón que tuve de mi compañera. Conocer en profundidad todo lo que tiene que ver con tu carrera, probablemente las materias que estás cursando ahora sean un bodrio, pero las que definen tú profesión no lo sean.

Empieza ayudando a los demás, haz un voluntariado, comienza a ganar experiencias de vida, ten más empatía. Ese fue mi primera cualidad para estar como estoy hoy. Ver esas 5 personas que no iban a poder solas, sentir empatía por ellos y saber que solos no iban a lograr hacer un congreso para 1500 personas.

Por último y no te saco más tiempo, quiero que veas que lo importante no es la profesión, no es el título que vas a llevar en tu cabeza, en tu espalda, el que vas a colgar en tu oficina o en tu cuarto. Yo pensaba que mi vocación era la Kinesiología, pero lo mío no era eso, lo mío es ayudar a las personas a cumplir sus sueños. Empieza a notar el proceso, por qué te gusta aquello que haces y tiene un título y verás la cantidad de opciones que se te abren. Si tenes que cambiar de carrera para lograr algo que te apasiona, que te apasiona el proceso y lo que puedas llegar a hacer, hazlo, y no lo dudes.

Si llegaste hasta acá, espero que me cuentes que sentiste al leer esto y hayas podido responder la primera pregunta que te hice. Espero haberte ayudado. Si me mandas un pequeño mensaje, te tengo la historia que no te conté, preparada para ser redactada y escrita con el fin de que aprendas de mis experiencias y pueda ayudarte como lo hice con esto.